número dos | bande à part | imágenes: ferdinand jacquemort
Entre aquel lugar que queda entre la extravagancia y la genialidad, José Mojica Marins creó el cine de terror brasileño. Por supuesto, nadie se dio cuenta hasta pasados un montón de años, y los riesgos de estos personajes extremos suelen ser los mismos: morirse de hambre, de asco, perderse en las producciones más insospechadas. Mojica tuvo éxito. No ganó nada con ello, y se encontró con la censura. Y ahí se acabó la trayectoria vital de un tipo demasiado atrevido y no muy respetuoso con su tiempo. Su personaje emblemático, Zé do Caixão, antireligoso, obsesionado con perpetuarse a través de la sangre (no entendamos mal… quería tener un hijo), provocador y violento, siempre a la búsqueda de la mujer perfecta que le dé un sucesor, se convierte en un mito, una imagen, con sus uñas extremadamente largas y su vestimenta un poco fuera del siglo.
Juan Alcudia parte a su búsqueda para desentrañar un misterio: si es un loco o un payaso (en sus palabras), para acabar, a través de un texto fascinante, recorriendo su vida, obra y milagros (en forma de celuloide), y encontrando como tras todo ello, después de todo, estaba el hombre, un hombre maltratado a quien la historia tardó en darle su lugar, en busca de la inmortalidad de las imágenes…